
En realidad, en Europa hay una mezcla de países donde el volante está a la izquierda y en otros a la derecha, dependiendo de si el país sigue el sistema de circulación por la derecha o por la izquierda.
En los países donde se conduce por la izquierda (como el Reino Unido, Irlanda y Malta), los autos tienen el volante a la derecha. Esto se debe a que históricamente, en los tiempos en que los caballos y carruajes eran comunes, se prefería que el conductor estuviera en el lado derecho del vehículo para poder manejar mejor los carriles y los encuentros con otros vehículos en caminos estrechos. Además, esto permitía a los conductores usar la mano derecha para usar el látigo, ya que la mayoría de las personas son diestras.
Con el tiempo, esta costumbre se trasladó a los vehículos de motor. Aunque la mayor parte de Europa continental circula por la derecha, estas naciones han mantenido la conducción por el lado izquierdo.
El cambio a la conducción por la derecha en otros países europeos ocurrió a lo largo del siglo XIX, principalmente para facilitar el comercio y los viajes transfronterizos, un movimiento impulsado en parte por la influencia de la Revolución Francesa y la expansión napoleónica. Sin embargo, el Reino Unido, por su posición insular y su resistencia a la influencia francesa, mantuvo su tradición de conducir por la izquierda.

Hoy en día, el volante a la derecha es una característica distintiva de los automóviles en estos países, y aunque pueda parecer curioso para quienes no están acostumbrados, está profundamente arraigado en su historia y cultura. Además, muchos países que fueron colonias británicas también adoptaron esta práctica, lo que explica por qué se conduce por la izquierda en lugares como Australia, India y Japón.
Este diseño no solo afecta la ubicación del volante, sino también la disposición del resto del vehículo, como los controles y el cambio de marchas. Para quienes están acostumbrados a conducir con el volante a la izquierda, adaptarse a esta configuración puede requerir un tiempo de ajuste, especialmente en situaciones como incorporarse a una carretera o realizar giros.
Aunque el debate sobre unificar la dirección de conducción en todo el mundo persiste, la resistencia cultural y económica ha mantenido esta peculiaridad en muchas partes del mundo.
Para los entusiastas de los automóviles y la tecnología, entender estas diferencias es clave para apreciar la diversidad en la ingeniería y diseño automotriz.